Salvemos la Vega – Vega Educa firma un acuerdo de Custodia con la Comunidad de Regantes de la Acequia Alta o del Albaricoque y presenta un proyecto vecinal denominado “Paseo de la Acequia del Albaricoque”, que permitiría la conexión peatonal entre Granada y Huétor Vega.
La mañana del sábado 25 de abril ha dado mucho de sí. Hemos comenzado con una actividad de voluntariado ambiental en la Acequia del Albaricoque, en el término municipal de Granada capital, compartida por personas voluntarias de Salvemos la Vega-Vega Educa y de Caixabank; hemos firmado un acuerdo de Custodia con la Comunidad de Regantes sobre la Acequia Alta o del Albaricoque y la Acequolilla, ramal de ésta, que discurren a lo largo de los municipios de Monachil, Huétor Vega y Granada; y hemos finalizado con la presentación de un proyecto vecinal, “Paseo de la Acequia del Albaricoque”, que supone una oportunidad de conexión peatonal entre Granada y Huétor Vega y que esperamos cuente con el apoyo del Ayuntamiento de Granada y que, por tanto, se incluya en el nuevo PGOM que se está elaborando.
Y es que en la ciudad, en los pueblos de la Vega, cada árbol suma, para enfriar el aire, mejorar su calidad y reducir la contaminación ambiental. Pero los beneficios ecosistémicos que nos aportan los bosques urbanos son aún mayores porque, a diferencia de los parques que conocemos, son zonas verdes en las que se prioriza la naturaleza preexistente y la conservación de la biodiversidad. Y eso precisamente es lo que Salvemos la Vega – Vega Educa lleva varios años intentando promover en el entorno de la Acequia del Albaricoque, concretamente en el tramo que discurre por el término municipal de Granada capital, que era el más deteriorado y para el que se realizó una actuación denominada “Recuperación del humedal de la Acequia del Albaricoque. Actuación que se presentó a los medios el 3 de junio de 2022, y que pudo llevarse a cabo gracias a la financiación de CajaGranada Fundación y Caixabank, al ser uno de los proyectos de mejora del patrimonio natural seleccionados en toda España en la “Convocatoria de Medioambiente” de 2021. Desde entonces, se han realizado varias actividades de voluntariado, como la realizada esta mañana, para mantener el humedal y la limpieza del entorno.
Es evidente, que la firma del Acuerdo de Custodia con la Comunidad de Regantes de la Acequia Alta o del Albaricoque, supone un plus de compromiso por nuestra parte en la conservación y mejora del ecosistema ligado a la acequia y, por tanto, de los servicios ecosistémicos y la biodiversidad que ésta alberga. Pero es evidente también que no podemos hacerlo solos, de ahí que una vez firmado el acuerdo de Custodia, iniciaremos una ronda de contactos para solicitar que se incorporen al acuerdo, como entidades de apoyo, los ayuntamientos de Granada, Huétor Vega y Monachil, para garantizar la servidumbre de paso a lo largo de todo el recorrido de la acequia. Ello permitiría una vía o senda peatonal, segura, y muy llana y agradable (vía azul) entre Granada y Monachil, y con ella la conexión de la capital con uno de los lugares naturales de mayor atractivo y uso público de la provincia: “Los Cahorros de Monachil”.
Vamos a solicitar también el apoyo de la Asociación de Acequias Históricas y del grupo de investigación MemoLab de la Universidad de Granada, por su conocimiento experto en la materia; de la Consejería de Fomento, ya que hay un pequeño tramo sobre los túneles del Serrallo que son de su competencia; y del Ministerio de Cultura, que es titular del yacimiento argárico del cerro de la Encina, flanqueado por la acequia del Albaricoque, ya que esta senda peatonal facilitaría el conocimiento y la visita a este yacimiento.
Nadie dijo que hacer realidad los sueños no costase esfuerzo y determinación, en Salvemos la Vega – Vega Educa lo sabemos bien, pero es que nadie en su sano juicio puede negar ya que estamos ante una emergencia climática a nivel mundial, y todos debemos implicarnos para enfrentarla con urgencia. Cada ciudad, cada rincón del mundo, debe ponerse manos a la obra para enfrentar los cambios de temperatura, la sequía y otras condiciones metereológicas extremas. Granada y su área metropolitana no son una excepción y el precio de no hacer nada es demasiado alto. Y un auténtico suicidio es hacer en la Vega de Granada justo lo contrario de lo que se debería, destruirla introduciendo usos impropios como la instalación de megaproyectos fotovoltaicos, en lugar de protegerla y dinamizarla. Eso es mucho peor que no hacer nada, es destruir lo que nos salva y no debemos permitirlo.